viernes, 13 de junio de 2008

¿QUIERES UN HIJO SEGURO Y TALENTOSO?

Estimúlalo y enséñale a hablar claro

Casi siempre cuando nuestro pequeñín no pronuncia correctamente una palabra, en vez de corregirlo, lo festejamos como si fuera una gracia. Craso error. De esta manera, estamos creando “sin querer queriendo” un niño inseguro, tímido, irritable, o ansioso, y no estamos favoreciendo para nada su lenguaje ni comunicación con los demás.

Paquito, cinco años, es el engreído de la familia, cuando dice: “yo no sabo”, “el tlencito”…etc., en casa todos lanzan un ¡que chistoso!!pobrecito, todavía es chiquito y no puede hablar bien!...Lejos de ayudarlo, estamos perjudicándolo. Ignoramos que en el fondo puede sentirse mal y creer que se están burlando de él. Consecuencia: estamos criando un niño con poca autoestima y con problemas en su futura vida profesional y personal.

¿La cosa puede ser grave verdad?....Lo mejor será de que si eres mami de un pequeñín o estas embarazada, leas con atención las siguientes líneas, no sabes cuánto te servirá.

ESTIMULACION DESDE EL UTERO

Desde que el niño nace hasta los dos años es como una esponjita que absorbe todo y está especialmente receptivo al aprendizaje del lenguaje. ¿Qué pasa si tiene más de cinco años y todavía no habla claro? Yolanda Saldarriaga, Directora del Centro Terapia Integral nos explica que una de las causas más frecuentes en este retraso es la falta de estimulación auditiva que las madres han ejercitado en el niño en los primeros cinco años de vida.

Sucede que el oído es el primer órgano sensorial que desarrollamos y este a su vez, ayuda a la maduración de los demás sentidos (tacto, vista, olfato, gusto).

“El feto dentro del útero escucha la digestión, los latidos de la madre o hasta cuando la mamá lo arrulla le canta”, nos dice la terapeuta.

ATENTA CON LAS CAUSAS FISICAS

La demora para aprender a hablar puede deberse también a los siguientes desordenes físicos que si requerirán alguna terapia a cargo de especialistas:

- Niños que no hablan bien por su poca capacidad para oír (hipo acústica), originada por secuelas de gripe o pequeñas lesiones cerebrales que no le han permitido codificar bien las palabras en su memoria.

- Deformaciones fono biológicas (lengua corta).

- Dislalia, dificultad para hablar que se observa en ciertas enfermedades nerviosas.

- Falta de fuerza en los músculos de la cara, que acompaña otras causas como los niños con síndrome de Down, retardo o bajo coeficiente intelectual.

¿COMO AYUDAR A TU NIÑO A HABLAR MEJOR?

- Si tu niño tiene entre dos y tres meses, inícialo en la gimnasia del lactante, ejercitándole los bracitos y piernitas de arriba hacia abajo con delicadeza, cambiándolo de postura. Nunca dejes de hablarle y cantarle.

- Involúcrate en el juego de tu niño y descríbele todo aquello que le llama la atención, diciéndole por ejemplo, “mira la pelota, s linda, es de color rojo”.

- Cuando le hables deja pausas para que el te conteste ya sea con balbuceos o medias palabras.

- Aprovecha la hora de la comida para dialogar con él con frases como “abre la boquita, come la papita, el pollito, la sopa”, etc. Siempre pronunciando claramente las palabras.

- Entónale diferentes sonidos, si es preciso ponle música y cántale canciones de frases cortas como “los pollitos dicen pio, pio, pio….”

- Háblale correctamente. Si él dice “tiyo” en vez de de “tío” corrígelo de una manera suave y sutil como: ¡Ah, tu tío, tu quieres decir tío”.

- No conviertas tu casa en un cementerio, el debe de acostumbrarse a todos los sonidos. Si suena el timbre, el carro de papá o el teléfono, explícale de que se trata.

- Imita los sonidos de las cosas y dile de lo que se trata, utiliza los juguetes de animales imitando su lenguaje, ejemplo, el patito hace cua cua.

- Nárrale cuentos y resáltale las partes más importantes, emociónate en algún párrafo y haz que el viva lo que le estas contando.

- Cuando compres un juguete elige uno que pueda ayudarlo con su desarrollo.

- No seas tan rígida en el horario del niño, trata de de adaptarte a sus necesidades espontaneas. Si lo limitas y le impones hacer otra cosa, se pondrá de mal humor y no querrá aprender nada creándose en él irritabilidad y ansiedad.

Entrevista extraída de la Revista Gisela, Noviembre de 1998, Lima - Perú


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